El otro día estaba hojeando una revista y había moda de tiempos cálidos.
Me puse a llorar, ipso facto.
Me encanta el Invierno.
No. No me puse a llorar.
Pero sí me encanta el Invierno. Por muchas razones.
- No hay que estar siempre depilada.
- Se pueden usar panties.
Esto no tiene nada que ver, pero quisiera dedicar un párrafo para declarar mi vil aversión hacia las panties color piel. ¿Por qué la gente usa panties color piel? No tiene ningún sentido. En Invierno nadie espera que uno ande a pierna desnuda por la calle, de modo que ponerse panties color piel para pretender que es pierna desnuda es ridículo. Además, jamás se ve como el color de la pierna. Me cargan las panties color piel. - Llueve. Y me encanta la lluvia.
- Las micros siempre paran cuando llueve, lo que es bacán no sólo porque uno evita mojarse sino porque esa acción nos devuelve la esperanza en la humanidad de los micreros. En Verano, todo el mundo odia a los micreros.
- Fumar en ambientes frescos, como el Invierno, es infinitamente mejor que fumar en ambientes tibios.
- En Invierno, a veces, nos podemos re asegurar de que la Cordillera sigue ahí. En Verano es imposible verla. Algún día se la robará EEUU y si es Verano, jamás lo sabremos.
- Se puede engordar y taparse con abrigos y bufandas.
- Se puede usar bufandas.
En fin. Me encanta el Invierno. Y cuando vi la moda de Primavera, temí por mi vida.
Entonces, sentí la necesidad imperiosa de cocinar recetas de Invierno.
Y cociné Scones de Canela y Chocolate. Totalmente invernal.