Peregrinaje Gastronómico

Y bien, desde luego que fui a La Despensa Gourmet. Bombardeada de publicidad no pude sino sentirme aludida como el público target de esta instancia. Así que fui. Llegué hasta las lejanías de Casa Piedra, pagué la considerable suma de 5000 para entrar y... me cargó.

Me cargó exclusivamente por el lugar dónde se llevó a cabo. Aborrezco Casa Piedra siempre, pero la aborrecí muy especialmente como ubicación para el desarrollo de esta feria. Ella se llevó a cabo en el segundo piso del magno-edificio, adentro. Eran varias salas llenas de stands con las distintas tiendas y marcas. El espacio se hacía chico, sobre todo dada la cantidad de gente circulando. Sumado a ello, faltaba ventilación. Y vendían queso. Y no quiero ser asquerosa, pero olía, irremediablemente, a pies. Además la luz   - tenue - era amarilla. Y no sé porque, pero siento que la comida y en general todos los productos asociados deberían ser expuestos en luz blanca. La luz amarilla hace que todo se vea feo.
No sé, odié el lugar. Es tan no-feria gastronómica. Las alfombras, toda la pompa del lugar, la luz, el espacio... y el olor a pies.

Mucha gente; poco espacio.

Había lo típico: aceites de oliva, antipastos envasados, chocolate, papas fritas hipster (de esas de colores, orgánicas y shuper locas - que, acepto, son re buenas -), vino, mermeladas gourmet, etc. etc. etc. Marcas y tiendas pequeñas de productos choris buscando darse a conocer. Y claro, los mega stands de las marcas auspiciadoras y sus productos no tan choris (aght. Probé un muffin de esas mezclas que se les agrega aceite y huevo y se hornean, tan seco como comer un bocado de arena). Afortunadamente dan muchas cosas gratis, lo que me hace eternamente feliz.

No saqué muchas fotos porque en verdad siento genuino odio hacía la luz amarilla, pero quiero mostrar esta torta, que era muy loca y bacán. Me imagino que no debe ser tan rica (el fondant me parece taaaaaaaan malo). Pero igual está buenísima. 

En un pequeño sector más abierto (encarpado, no abierto - abierto) habían demostraciones de cocina y lugares para comer. Pero, reitero, era demasiada gente como para quedarse viendo o sentarse a comer. (Seré una misántropa? :O )

Quisiera destacar unos chocolates que compré que me parecieron divinos. Eran de una tienda llamada Candiyugo que tenía sólo este producto, en única presentación: una caja de 18 bombones, todos rellenos, de 9 sabores diferentes.Caramelo salado en chocolate negro, ganache de maracuya en chocolate blanco, whisky en chocolate blanco, frambuesa en chocolate negro, tonka en chocolate negro, té en chocolate de leche, entre otros.
Hubo un tiempo en el que amé desesperadamente los bombones, pero luego, los empecé a odiar y empecé a reducir mi espectro chocolatero a barras puras. Pero éstos hicieron que mi amor por los bombones rellenos refloreciera de las cenizas. Y ahora no puedo parar de pensar en ellos. Sinceramente, me erotizan. Si tienen la oportunidad, les recomiendo que los prueben (costaba como 6000 la cajita).

En fin, la feria era interesante y las marcas que ahí estaban tenían mucho que ofrecer. Pero el lugar era terriblemente poco ad-hoc.
Era todo caro, claro. La entrada inclusive. Pero bueno, era lo que era, no más. El que va lo tenía claro (o sea, era en Casa Piedra...).



Luego, el sábado recién pasado quise ir a otra feria gastronómica: Food Service, que decía reunir toda la industria gastronómica. Era aún más lejos: en Espacio Riesco. Desafortunadamente no me fijé bien en los horarios y llegué a las 5, siendo que cerraba a las 5. Y era el último día. Así que no pude pasar y no tuve oportunidad de resarcir mi error.

Sin embargo, quisiera agradecerle a Milena, quién me envió gentilmente dos entradas para asistir. Ella, junto a dos socios tienen una tienda especializada en artículos de cocina en Concepción, llamada La Despensa del Chef. Tienen productos geniales y estaban presentes en el espacio. ¡Mis disculpas por no haberlos podido ir a visitar!



De vuelta en mis barrios, me percaté que había una feria gourmet en el Club Providencia, apodada Encuentro de Sabores. Así que pasé. Esa era, afortunadamente, gratuita.

Evidentemente que este espacio no era del mismo perfil que las anteriores. Era en el salón del club (por lo que sí, nuevamente habían alfombras y luz amarilla) y habían unos 20 stands de productos gourmet, pero mucho más artesanales que en la otra feria. No sé como se gestó, pero estoy casi segura de que eran vecinos de Providencia jaja.

Habían cake pops! 

Compré una que otra cosa para probar. Incluyendo Cake Pops, que son como bolitas de bizcocho con glaseado (de modo de formar una masa) cubiertas en chocolate o cobertura de colores. Yo las he hecho y todo quién haya visitado la página de Bakerella las ha hecho... pero no sé, no me parecen demasiado ricas. Bonitas sí. Pero eso es todo.
También había una stand de donas que decía prepararlas con la "auténtica receta americana". Las compré para probarlas y eran un fiasco. Secas, fomes y el glaseado estaba hecho con azúcar granulada (¿?!)... Pero lo que más me molesto es que dijieran usar una receta "americana" aludiendo a la clásica receta gringa. Aayayaay...

Donas YANQUIS.

Igual grato. Los vecinos de Providencia la deben haber apreciado. Me incluyo.

Ah! Y odio a Labbé. Pero eso no tiene mucho que ver.

_________

En una nota completamente aparte: estoy escribiendo una columna mensual para Sabrosía.com y acabo de publicar la primera. Les dejo el link por si a alguien le interesa darse una vuelta.

Buena semana!