martes, 29 de abril de 2014

Le Trifle 2.0

Por alguna razón, todavía hay frutillas en las ferias y puestos de frutas y verduras en las calles, a precios aún razonables (a diferencia de los frutos rojos del supermercado, en donde 100 gramos de frambuesas cuestan como  2500 pesos, dios mío).  Esto me ha puesto muy feliz, y un día de aquellos, me  he sentido compelida por fuerzas interiores e incontrolables, superiores a mi racionalidad a comprar 2 kilos de frutillas a la salida de mi universidad. Y qué hace una pobre cachorra como yo con 2 kilos de frutillas en pleno otoño?

La respuesta es una sola: trifle. Y amigos todos, qué felicidad el trifle.

El trifle es algo así como una torta de construida: se ponen capas de bizcocho, cubiertas con capas de alguna crema o relleno untuoso y capas de fruta. Luego se repiten las capas. Luego se deja reposar en el frío, y todo se moja y humecta lo uno con lo otro, y queda taaaaaaaaaaaaan rico.


domingo, 20 de abril de 2014

"Queque" de Plátano

Le he puesto a esta receta el nombre de "Queque de plátano", aún cuando no sé si es lo correcto.
En realidad, el queque de plátano, o cualquiera sea el nombre verdadero que corresponda a esta confección, es una mezcolanza promiscua inclasificable.

Es demasiado húmeda como para ser un bizcocho.
Es demasiado esponjosa para ser lo que se llamaría un cake.
Es demasiado dulce para ser un pan (la fuente de esta receta, de hecho, la nombra "banana bread").
Y es demasiado foráneo para ser un queque (tan representativo de la cultura chilena).

Aaaaaaah... la indefinición doctrinaria me mata lentamente. 

Así es que decidí ponerle "queque", guiada principalmente por la convicción de que esa es la forma en que es más conocido en nuestras tierras, y que si alguien buscara la receta, tipearía "queque de plátano" en el buscador de Google, y que luego se encontrara con esta receta. Y comentara "hola". 

En fin...


martes, 1 de abril de 2014

Panna Cotta de Yogurt, y sí, esto es casi saludable.

A veces, una persona como yo, desea comer algo dulce que no involucre hacer una masa, ni prender el horno, ni cantidades masivas de chocolate, ni proporciones sustanciales de mantequilla. Así es a veces, aunque no lo crean.

Pues qué hace una pobre alma como la mía cuando desea eso?

La respuesta viene a ser una sola: Panna Cotta de Yogurt.

Y, oh, que las deidades del mundo la salven.