Hola, Hola.

Hoooooooooola.
¿Qué tal?
He vuelto.
Nuevamente.
Mi ausencia se debió a que estaba en...en... en nada.
Estuve estudiando mucho (eso es evidentemente falso) y trabajando mucho (y eso es una hipérbole) y luego vinieron las vacaciones (eso es cierto) y me fui a Perú (cierto también), y no cociné nada allá (nada digno de postear acá, claro, excepto que alguien le interese el paupérrimo menú de dos pobres mochileras [tallarines con salsa y un huevo frito encima, todo ello deglutido con una saludable cerveza y una línea de cocaína]), de modo que, bueno, no he actualizado este espacio en mucho tiempo.
Pero ahora volví.
Ahora espero no haber perdido a mis lectores para siempre, y que alguien vuelva a ver esto algún día.
¿Hola?
¿Hola?
¿Hoooooooooooooooooooooola?
Filo. Fingiré que están ahí.





La receta que traigo para conmemorar mi retorno a las pistas es: Cupcakes del Monstruo de las Galletas.
Son azules, y divertidos y geniales y ricos.

El bizcocho es de chocolate, el glaseado es crema de mantequilla (buttercream) teñida de un azul fuerte, y las decoraciones están hechas simplemente con Rolls (esas pelotitas de chocolate blanco de Costa), con un puntito de chocolate pintado al centro, y una galleta con chips de chocolate cualquiera.

Cuando vi esta receta en algún blog de por ahí, el glaseado era puesto en una manga con una boquilla de esas que asemejan al pasto, de modo que quedara decorado en verdad como un peluche. Pero no tengo esa boquilla y la simpleza de esparcir el glaseado con una espátula me pareció mucho más mejorsss, así que lo simplifiqué todo un poco.

En realidad, lo importante del cupcake es, ante todo, que sea bueno. Y es que hoy por hoy hay cupcakes en casi todos lados, y la gran mayoría de ellos son súper llamativos a la vista pero malos, malos, malos. El bizcocho muy denso, o desabrido, y el glaseado pura azúcar con un poco de agua y mucho colorante. Aaaaah... terrible. La idea, gracia y magnificencia del cupcake es que sea, de hecho, una torta en miniatura (torta en sentido gringo, de dónde se origina esta confección). Y sí, como todas las miniaturas, el cupcake trae consigo un inevitable sentimiento de ternura y de sobrevaloración de todo el aspecto externo, pero no es eso lo fundamental, señores y señoras. Lo fundamental es que el bizcocho sea húmedo, esponjoso y sabroso; que el glaseado sea cremoso, que se complemente bien con el bizcocho, que se encuentre en la proporción correcta (de forma tal de que en cada mordisco tengamos glaseado y bizcocho) y que no sea excesivamente dulce. El cupcake es una obra de equilibrio y precisión, y sí, además es visualmente bonito, pero sólo además. No dejemos, por favor estimados, que la cultura del plástico se inmiscuya en nuestra repostería.

Estos cupcakes son deliciosos. Tanto el bizcocho como el glaseado son producto de recetas súper simples, pero muy buenas. El bizcocho es muy húmedo, con un profundo sabor a cacao y se porta de las mil maravillas en el horno (se infla perfectamente). El glaseado es, como adelantaba, un buttercream simple (mantequilla batida con azúcar flor - suena escandaloso si antes no lo han preparado, pero hay que dejar esas pretensiones de vida sana para comer cupcakes), saborizado con vainilla y teñido con unas gotas de colorante. Éste es bastante dulce (a pesar de tener menos azúcar que los glaseados del mercado), por lo que hay que aplicarlo con mesura. Si así se hace, el cupcake es una perfecta armonía de sabores y texturas. Un agrado al paladar. Y además, un guiño a la vista. Pero, reitero, sólo además.

Cupcakes del Monstruo Come Galletas

Bizcocho
Adaptado de: The Pioneer Woman

1 taza de harina
1 taza de azúcar
1 pizca de sal
3 cucharadas cacao en polvo amargo
125 grs. mantequilla
1/2 taza agua hirviendo
1/4 taza buttermilk
1 huevo
1/2 cdita. bicarbonato de sodio
1 cdita. esencia vainilla

Glaseado
Adaptado de: Joy The Baker

2 tazas de azúcar en polvo
80 grs. mantequilla sin sal, blanda
2 cdas. de leche entera
1 cdita. esencia de vainilla
gotas de colorante azul

Decoración

Rolls Blancos (Costa)
Un poco de chocolate para derretir
Galletas con chips de chocolate

Para el bizcocho: En un bowl pequeño, mezclar harina, azúcar y sal.
En un sartén grande y profundo, derretir la mantequilla. Agregar el cacao y mezclar. Añadir el agua hirviendo y dejar todo hervir por alrededor de 30 segundos. Apagar el fuego y agregarle los secos (harina, azúcar, sal). Incorporar bien.
En un jarro pequeño, mezclar el buttermilk con los huevos, el bicarbonato y la vainilla (el bicarbonato y el buttermilk reaccionaran y todo ello burbujeará. Bienvenidos al fascinante mundo de la química). Agregar a la mezcla de chocolate. Incorporar todo, sin sobre mezclar.
Llenar hasta 2/3 los moldes de cupcakes, los cuales deben haber estado preparados con una cápsula de papel.
Hornear a 180°C, por alrededor de 20 minutos. Cualquier cosa, la prueba del mondadiente sirve perfectamente (debe éste salir seco).
Dejar enfriar completamente antes de glasear.

Para el glaseado: La mantequilla blanda se bate por alrededor de 5 minutos, hasta que este muy cremosa y algo aireada. Entonces, se le empieza a agregar el azúcar flor de a poco, como de cantidades de 1/4 de taza a la vez. La verdad es que depende de uds. cuánta azúcar agregarle. Si desean el glaseado más espeso, le agregan más. Si les parece que tiene una consistencia adecuada, paran de echarle azúcar. Y si les parece que les ha quedado muy espeso o excesivamente dulce, le agregan leche. Tiene que quedar cremoso y fácilmente esparcible (existe esta palabra?). Cuando esté bien, le agregan colorante hasta obtener la tonalidad deseada.

Para armar todo: Con una espátula pequeña se esparce una porción generosa del glaseado sobre cada cupcake.
Para la decoración, hay que derretir el chocolate. Luego, se dibujan con el dos ojitos en cada Roll. Ello se puede hacer simplemente con un mondadientes untado en el chocolate, o bien, se puede poner el chocolate en una bolza Ziploc, cortarle a ésta la puntita y dibujar el ojo. Se deja secar y luego se colocan sobre el cupcake.
La galleta se corta por la mitad y se coloca a forma de boca sobre el cupcake.
Listo.