martes, 24 de marzo de 2015

Una vez más, Crumble Cake de Arándanos

Siendo 24 de Marzo, y habiendo el Verano llegado oficialmente a su ocaso, estoy sufriendo. No puedo aceptar el término de la temporada.

Cuando llegó Marzo, yo no quería que llegara, por lo que empecé a jugar con mi mente, y a forzarme a pensar que aún no llegaba. Y como justamente me dieron una semana de vacaciones a principio de Marzo, todo se hizo muy real y genuinamente empecé a pensar que Marzo aún no llegaba. Y luego cuando volví de las vacaciones, no lo pude asimilar. Y empecé a consumir heroína todos los días. Les escribo desde una clínica de rehabilitación, de hecho.

No, en verdad no. Pero sí me seguí engañando a mí misma. Y falté toda la primera semana a la U, seguí levantándome tarde, seguí gastando mucha plata (ah, sí, en las vacaciones también me auto convencí de que era legítimo darme todos los gustos posibles, muy a costa de mi sueldo de estudiante), seguí alargando las noches, y tomando pociones recreacionales hasta la madrugada en la mitad de la semana. También me compré un viaje al Caribe en un arranque de locura.

Como parte de mi maquinación mental, he seguido cocinando puras cosas veraniegas. Todo lo que es berries, mango, durazno, maracuyá. Me niego a comprar una manzana hasta Julio. Ni hablar de peras.  Justamente, así es como llegué a la receta de hoy: Crumble Cake de arándanos. Apenas vi los arándanos en el súper saqué tres cajas, y las metí en mi carrito,  junto a todo resabio de estabilidad mental.



sábado, 14 de marzo de 2015

Empanadas hojaldradas de durazno (alerta de masa excepcional!)

Esta es la última receta de duraznos de la temporada. Lo juro. Es que los amo caleta; no puedo evitar sentirme instada a cocinarlos cuando quiero que los veo sentados, curvilíneos y sonrosados, en un puesto de fruta (sí, hasta algún punto me erotiza la fruta de temporada, y qué tanto?!).

La receta de aujourd’hui: Empanadas hojaldradas de durazno.



El nombre suena raro, lo sé. Pero es que la receta es gringa (para variar en este blog), y traducir los nombres de las confecciones al español es para mí un dilema ético moral de proporciones magnánimas. A vers… en inglés, esta receta lleva el nombre de “Peach Hand Pies”. Se llaman así porque es esencialmente un pie de durazno, pero en formato individual, como para llevárselo en la mano. La cosa es que traducido al español se llamarían “Pies de Mano de durazno”, y suena medio siútico. Entonces opté por llamarlo Empanadas Hojaldradas de Durazno, que tampoco es un nombre ideal, pero bueno… no juzgue el libro por la portada, dice el dicho.

Y oh, las deidades, no vayan a juzgar esta receta por su nombre, pues, contrario a lo que evoca su nombre, es una maravilla. O sea, todo lo que tiene durazno para mí es una maravilla, pero, esta receta en particular tiene otro elemento sublime: la masa.



jueves, 5 de marzo de 2015

RLCCh Febrero: INVITAR SIN COMPLICACIONES, de Martita Serani.

El mes pasado instauré una nueva sección en el blog llamada Revisión de Libros de Cocina Chilenos (RLCCh), en la que revisaré mensualmente un libro de cocina escrito por algún chileno, con la esperanza de que pueda servir de orientación para alguien que esté buscando comprar un libro de este tipo.


Pues bien, en Enero revisé el libro de Carpentier, "Cocina de Barrio". El libro de Febrero es "Invitar sin Complicaciones" de Martita Serani

(Ya sé que estamos en Marzo ya, pero me atrasé, qué puedo decir)
La verdad es que yo no cachaba mucho a Martita Serani. Sabía que a veces escribía las recetas para la revista YA, y la verdad, nunca me han gustado mucho esas recetas por ser tan re cortas y poco explicativas. Así, elegí este libro sin demasiada esperanza. Además, pesaba sobre mí el bizarro prejuicio que tengo hacia todas las personas que se llaman o hacen llamar con nombres en diminutivo (“Martita”, “Carlita”, “Rosita”… ).  

Aaaaaah… gran sorpresa que me lleve…

Antes de partir con la revisión, haré las mismas dos prevenciones que hice en el primer RLCCh:

Disclaimer de modestia: a pesar de que creo saber de libros de cocina, finalmente es todo una cosa de gustos. Yo hablaré desde mi perspectiva de amateur adepta a estos libros, y es por lo tanto, sólo una humilde opinión, brothers.

Segunda prevención: escribo mucho. Tengo serios problemas para sintetizar mis pensamientos. No espero que desee leer este mamotreto entero, de modo que le indico altiro que lo fundamental está en la sección “Datos Básicos” y “Conclusión”. Lo otro (sección "En detalle"), se lo puede saltar. No me ofenderé.

Bien. Dicho lo anterior, procedo:

Datos básicos

Título: INVITAR SIN COMPLICACIONES
Editorial: El Mercurio Aguilar
Año de publicación: 2014
Formato: tamaño mediano, tapa blanda, alrededor de 270 páginas
Valor: me lo regaló mi buena madre, pero según la página de la Feria Chilena del Libro, cuesta 18.000 en librerías y 17.100 por internetss.
Tipo de comida: dulce y salado.
Tipo de cocina: cocina para invitar gente a la casa, sencilla y no pretenciosa.
Cantidad de recetas: 96
Fotos: de todas las recetas, a color.
Extras: tiene índice por ingredientes.

En detalle

Bendita introducción
De afuerita, el libro no crea demasiadas expectativas y parece un libro medio simplón. Pero apenas uno se adentra en las primera páginas, comienze a relucir un pequeño diamante.

De partida, hay una introducción lata. Como mencionaba en la RLCCh anterior, yo AMO las introducciones en los libros de cocina. Considero que sientan el tono del libro, que nos permiten ver la forma en que el autor entiende la cocina, que nos explican a quién se quiere llegar con el libro, y en general, iluminan el entendimiento de las recetas que le siguen.

Todo esto es justamente lo que hace Martita. En su introducción nos explica de dónde nace el libro y a donde apunta. Así descubrimos su noble intención: simplificar la tarea de invitar a comer a la casa. La idea que subyace este libro es, entonces, la bellísima noción de compartir a través la comida. Esta idea se complementa con otros principios presentes a través de las recetas, tales como: cocina fácil y sin demasiadas complicaciones - sin pretensiones moleculares ni posmodernistas - ; cocina moderna – sin ese empaquetamiento de antaño, cosas frescas, influencias de otras gastronomías del mundo -; y cocina sana. Y ojo, que respecto a este último principio cabe destacar que el enfoque de Serani no es ese extremismo nutricional de muchos – ese en que la dieta consiste en lechuga, chia y pechuga de pollo- sino que entiende el comer sano en el sentido de comer cosas frescas, evitando los excesos y armónicamente. Así, la autora indica “si bien  no todas las preparaciones de este libro son necesariamente livianas, he tratado de eliminar aquellas con exceso de azúcar, mantequilla y crema”.


Orden de las recetas
El libro está ordenado en capítulos de tipo de plato, creados “con la idea de simplificar la tarea para que todos puedan convidar sin miedo”. Y, oh, cuán bien se logra esta tarea.

Hay 6 capítulos, cada uno referente a un tipo de plato. Así, están:
  • Para Comenzar
  • Sopas
  • Platos Principales
  • Acompañamientos
  • Dulce Final
  • Al Amanecer

Algunos de estos capítulos se dividen en subcategorías. Por ejemplo, el capítulo “Platos Principales” se subdivide en Carne, Aves, Pescados, Pescados, Pastas, Guisos. Todo de una claridad prístina. Si uno quisiera encontrar una receta en particular en el libro, la tarea sería fácil, pues el orden es de todo sentido común.


Bien jugado ahí, Martita.

Recetas ricas
Pero no sólo es el orden de las recetas lo que destaca, sino que su contenido brilla también. La comida que presenta Martita es rica, fresca y adaptada al paladar chileno, a pesar de haber varias influencias de otras cocinas. Son recetas genuinamente perfectas para cocinar cuando se invita gente a la casa.

Especialmente las recetas saladas, son un lujo. Vale comentar en este punto que, usualmente cuando me compro libros de cocina los hojeo por meses y meses antes de hacer una receta, pero con éste, genuinamente no me pude resistir y empecé a cocinar altiro. Probé por ejemplo el tártaro de dos salmones (delicioso, increíble toque que la mostaza), el strudel de champiñones y queso de cabra (una belleza, casi lloré de la alegría al sacarlo del horno) y la punta de ganso Iker.


Las recetas dulces no son malas, pero no son de mi gusto. Son súper caseras y sencillitas, pero de esas que evocan calor de casa. Una pequeña crítica sí: hay excesivas recetas con manjar (manjarate, panacotta de manjar, bomba helada de manjar, flan de manjar, cheesecake de manjar...). Y ya OK, yo entiendo la sacralización del manjar que existe en nuestro país, pero encuentro que se abuso del recurso. 


Prosa deliciosa
Uno de los puntos más relevantes en mi prisma al momento de analizar un libro de cocina, es la escritura. En este caso, mis estándares han sido gratamente satisfechos por “Invitar sin Complicaciones”.

De partida, la introducción, de la que ya hablaba. Genial, cercana, clarificadora.

Luego, casi todas las recetas cuentan con unas pequeñas líneas introductorias, que, oh Jesús, ¡cuánto se agradecen! Cada una de ellas nos cuenta la apreciación de la autora de la receta, quizás una breve historia/anécdota y a veces se refiere a algún ingrediente en particular. Por ejemplo, en la receta del picante de camarones indica la autora: “El guiso ideal para los grandes almuerzos veraniegos o para una comida contundente. He simplificado muchísimo los pasos con respecto al original que me enseñó un profesor de cocina peruano. Aquí, un delicioso y  simple guiso a la altura de los más grandes paladares. Servir con arroz blanco". Qué agrado.

En las recetas mismas, Martita también lo hace bien. Los ingredientes en términos claros y adaptados al vocabulario chileno, haciendo clarificaciones cuando corresponde. Así por ejemplo, en la receta de cebollas acarameladas uno de los ingredientes es cebolla escabechera, donde la autora incluye un aclarador paréntesis donde ilumina: “no confundir con cebolla perla. Es más pequeña que la normal y se vende en mallas en los grandes supermercados”. Ah, Jesús, cuánta utilidad.


El desarrollo de las instrucciones de las recetas es claro también. Una notable virtud es que al momento de cocinar las recetas, no solo entrega la cantidad de tiempo, sino que describe cómo podemos determinar cuando la receta en cuestión está lista. Por ejemplo, en el Turrón de Chocolate Peruano, se lee “hornear los bizcochos por 20 minutos aproximadamente. Estarán listos cuando estén firmes al tacto pero no totalmente duros; deben quedar ligeramente húmedos.” 

Bonito y cercano
Finalmente, el libro cuenta con  fotos de todas las recetas. Ninguna de ella es artística ni pretenciosa, sino relajada y agradable a la vista. Son las fotos perfectas para el propósito del libro: hacer las recetas accesibles y demostrar que se puede invitar a comer sin complicaciones.

Conclusión

"Invitar sin complicaciones" es una joyita para todo quien disfrute cocinar e invitar gente a su casa a comer.

Es un libro cercano, terriblemente amigable, que presenta pura comida rica, fresca y fácil. No se requiere ninguuna habilidad previa ni utensilio bizarro para poder profitar de este libro. Lo único necesario es la intención de reunir a los queridos en torno a un buen plato de comida.

Lo forever banco. Le doy mil estrellitas.