Avainíllate!

Hola hola, caracolas.

Hoy no tengo una receta, sino más bien, una idea. Y bienaventuradas sean las ideas porque de ellas es el mundo del progreso futuro. La idea de hoy, es...

El azúcar vainilla (o es acaso la azúcar vainilla? Esto es un de los grandes dilemas existenciales irresolutos de mi vida) es simplemente azúcar aromatizada con vainilla. Como la azúcar canela (por cierto, han notado que ahora en los supermercados venden azúcar canela como un producto? ¡Qué robo, Dios! Como si alguien no pudiera mezclar azúcar con canela…). El azúcar vainilla es brutalmente fácil de hacer, pero el toque que les da a las preparaciones es notablemente bueno. Yo la uso para casi todas las preparaciones dulces, desde muffins a galletitas, y, como les decía, las eleva a un nivel superior, sin ser demasiado invasivo. Una idea revolucionaria diría yo.


Para hacerla se necesitan sólo dos ingredientes: azúcar y una vaina de vainilla (las venden en la parte de especias de los supermercados a alrededor de 2500 la vaina).

Nada más, abran la vaina de vainilla de forma transversal y con el cuchillo raspen todas las aromáticas semillas.

Esas las mezclan con el azúcar, mezclan y agregan la vaina, ya que todavía queda aroma ahí. Y eso se guarda en un frasco y lo usan cuando quieran. Entre más tiempo lo dejen, más aromatizada estará el azúcar.

Además, si algún día usan las semillas de una vaina de vainilla para aromatizar alguna preparación como una crema inglesa o cualquier otra infusión (esa es la mejor manera de usar las semillas: infusiónandolas), pueden guardar el palito y se lo agregan al frasco. ¡Reciclaje puro! Y así, siempre que vayan teniendo un palito, lo agregan al frasco. Y cuando vean que se les está acabando el azúcar, le agregan más. Y así, nunca se acaba. Claro está que cuando usen el azúcar vainilla para una preparación le sacan los palitos (y los vuelven a echar al frasco).

Y si ustedes tienen, como yo, la mala costumbre de untar frutillas frescas en azúcar, debo decirles que untarlas en azúcar vainilla las hace diez mil veces más maravillosas de lo que una frutilla untada en azúcar corriente ya es.

Así que, por favor, hagan azúcar vainilla es sus hogares y únanse a la dulce revolución.

Y ya que estoy hablando de vainilla…

Mi esencia para toda ocasión son las típicas Marco Polo, y claro, la adición de la azúcar vainilla en reemplazo de la azúcar corriente. Pero cuando en verdad quiero darle más profundidad a la receta uso “Vainilla de Borbón en Polvo”. Este es un producto que compré en la parte gourmet del Imperio La Fayette en Francia en mi último viaje, y es básicamente, vainas de vainilla molidas. Si tienen la oportunidad de viajar a otros países les recomiendo altamente ir a las tiendas gourmet y buscar estos productillos… y cuando vuelvan a la patria única y querida, declárenlos en Aduanas, porque yo ya he estado detenida por no declarar tomates secos de Venecia (y me los quitaron D:). Asimismo, cuando hagan cremas inglesas o pasteleras o cualquier infusión de crema (incluso una ganache de chocolate), es una buena idea agregarle las semillas de una vaina antes del hervor.

Avainillen sus vidas, porque de los avainillados es el reino de los cielos.