Semana de Galletas Navideñas: Las Real Galletas de Jengibre

Seguimos con la semana de galletas en esta humilde morada.

La receta de hoy: Galletas de Jengibre. Sólo que no son cualquier galleta de jengibre, sino que son de verdad galletas de Jengibre. Son súper mega de jengibre. De hecho, tienen tanto jengibre que son hasta un poco picantes. O esa al menos es la receta original. Si a ud., señor lector, no siente una loca pasión por el jengibre, puede alterar la receta y ponerle menos jengibre, y entonces sus galletas sabrán a jengibre con moderación. Y son blandas. Aunque blandas es una palabra poco precisa para describirlas. Más bien son lo que sería “chewy” en inglés (palabra intraducible en su espíritu al chileno). Ah sí! Y son deliciosas. Saben a Navidad.

Veamos. La receta original tiene tres tipos de jengibre. En polvo, fresco y confitado. Eso es harto jengibre, amigas y amigos. El jengibre en polvo y el fresco lo consiguen en los supermercados grandes y el jengibre confitado en la mayoría de las tostadurías. Se vende en piezas grandes o cortado en cubitos. Cualquiera de los dos deben ser de nuevo picados. Yo procesé el mío.

Otro ingrediente interesantersss es el syrup. El syrup es un almíbar con sabor a caramelo que se le echa a los panqueques gringos. Se puede comprar en supermercados grandes. No es para nada caro.

*Consejo: cuandoquiera que deban mediar sustancias como ésta (syrup, miel, jarabes), aceiten el vaso de medición antes. Eso ayudará a que luego salga más fácil al bowl.

La preparación es bastante simple. Lo complicado es conseguirse todos los ingredientes, sobretodo a estas alturas de Diciembre en la que supermercados, tiendas especializadas, tiendas de retail y todo se encuentra medio desabastecido.

Como decía, hacerlas es bien sencillo, aunque no tan convencional. Se comienza por mezclar el syrup con el jengibre fresco y confitado , la mantequilla derretida y azúcar. Aparte se mezclan los secos y luego éstos se incorporan a la primera mezcla. Se forma una masa blanda rápidamente. Se forman pelotitas con las manos y éstas se pasan por azúcar rubia. Luego se ponen en la bandeja y se aplastan ligeramente. Ojo! Deben posicionarlas bastante separadas en la lata de horno, pues se esparcen harto.

El tiempo de horno es corto y no deben dorarse demasiado. La idea es que queden “chewy”.

Respecto al Jengibre: a mí que me gustan mucho las especies y el jengibre, me pareció que la receta original era demasiaaaaaaaaado jengibrosa. Llegaba a ser un poquito picante. Pero si a ud. le gustan las galletas así, adelante. Si no, la opción que tiene es decrecer cualquiera de las cantidades de los jengibres, o bien, eliminar alguno. Yo hice una segunda camada de galletas manteniendo las cantidades de jengibre fresco y rallado, pero sin agregar el jengibre confitado, y el resultado fue más de mi agrado. Pero en general, hice a mucha gente probar las galletas extra-spice y tuvieron excelentísima recepción. Es que en verdad saben a Navidad.

Por favor pruébenlas.

(porfi, porfi).

Ah! Y como decía en el post del Lunes, es buena idea combinar (al momento de regalar o servir) estas galletas especiadas con otras galletas más sencillas en gusto, como son las galletas de azúcar de ayer.

Vuelvan pronto porque aún queda larga semana de galletas de Navidad.

Galletas de Jengibre

2 tazas de harina

2 cucharaditas de bicarbonato

2 cucharaditas de jengibre molido

1 1/2 cucharadita de canela

1/2 cucharadita nuez moscada

1/4 cucharadita clavos de olor molidos

1/2 cucharadita de sal

110 grs. de mantequilla, derretida

1/4 taza de syrup

1/2 taza azúcar morena

1 huevo

1/2 cucharada de jengibre fresco rallado

1/2 taza de jengibre confitado picado pequeño

1 taza de azúcar rubia, para pasar las galletas.

En un bowl mezclar la harina, bicarbonato, especies y sal, 

En otro bowl, uno grande mezclar la mantequilla, con el syrup, azúcar morena, huevo, jengibre fresco rallado y el jengibre confitado. Agregar la mezcla de secos e ir mezclando con una espátula hasta formar una masa blanda. 

Con la mano, formar pequeñas bolitas. Pasarlas por azúcar rubia y colocar en una lata de horno cubierta con papel mantequilla, separadas entre sí. Aplastar ligeramente con la palma de la mano.

Hornear en un horno precalentado a 180°C, entre 10-14 minutos o hasta que se hayan esparcido un poco y sus bordes estén ligeramente dorados.

Enfriar en una rejilla. Guardar en una lata metálica.