lunes, 12 de agosto de 2024

Una torta de novias. PARTE 1: Bizcocho de chocolate

Este es un post de 2 partes. En esta primera parte les cuento un poco de mi experiencia de matrimonio y les comparto la receta de bizcocho de chocolate que utilicé en mi torta de novias. En la segunda parte describiré el proceso de hacer mi torta de matrimonio y sus secretos.


Hace alrededor de un año atrás, me casé. En realidad, suscribí un Acuerdo de Unión Civil (“AUC”) – un contrato más moderno y, en mi opinión, jurídicamente óptimo que el de matrimonio -, pero digo que me casé en el sentido de formalizar ante el Estado mi relación de pareja y su proyección hacia el futuro. La ceremonia en el Registro Civil fue todo lo que me gusta: un acto sobrio y republicano, breve pero emocionante.

Pero luego hicimos una fiesta. Y la fiesta es otra historia. Aún no la supero, la verdad. Y no el recuerdo fabuloso, sino el trauma: nunca he sentido más ansiedad social que tras llegar a mi casa después del matri. De la fiesta en sí no recuerdo mucho sino momentos, y no con suma felicidad, sino con algo de pudor e incomodidad. Hasta el día de hoy, me provoca cringe recordar que usé un vestido blanco – lo encuentro, francamente, de mal gusto (me consuelo dándole una lectura camp). Y quiero decir todo esto porque cuando decidimos hacer una fiesta, y tuve resquemores de si lo disfrutaría realmente, empecé a preguntarle a amigos que se habían casado como lo habían pasado en sus fiestas, si acaso no se habían puesto nerviosos, cómo habían soportado tanta atención sobre ellos, tanto show. Y todos me dijeron que su matrimonio había sido la mejor noche de sus vidas, que nunca lo habían pasado mejor, que lo recordaban como un momento demasiado feliz. Pues bien, vengo a dejar registro que eso no es una experiencia universal. Especialmente para aquellos que quizás somos (un poco) amargados, o que no lidiamos bien con la atención sobre nosotros, sépanlo: las fiestas de matrimonio pueden ser un desafío emocional.


Quizás se pregunten ¿por qué hice una fiesta de matri si no me siento cómoda en esa dinámica? Y a eso les digo dos cosas: uno, el fervor del amor me encegueció por un rato; y dos, fui succionada por el vórtex que es la industria de fiestas de matrimonio. ¿Ustedes tienen idea de esto? Yo no sabía. O sea, sabía desde luego que existía una industria de matris – pero no sospechaba de su magnitud. Me sucedió como a la mayoría: comence con un plan pequeño, discreto, quizás una comida, o una pequeñísima fiesta, un presupuesto razonable, pero esto es como una bola de nieve, y si invitas a estas personas, tienes que invitar a estas otras, y ya es un evento un poco más grande y necesitas un lugar, así es que comienzas a buscar, te das cuenta de las escalas de precios (hardcore shock) y de la anticipación con la que se reservan lugares, y bueno, el pequeño plan ya se se distorsionó bastante. Luego, inevitablemente llegas a Matrimonios.cl, el portal que centraliza la industria de los matris. La cosa es que para poder contactar a los proveedores tienes que hacerte una cuenta (opera un poco como los portales inmobiliarios), tras lo cual  matrimonios.cl te empieza a mandar correos todos los días con “Las mejores 11 opciones para el menú de trasnoche de tu matrimonio” u “8 peinados elegantes para novias”, y paralelamente la página va contando cuantos días faltan para tu matrimonio. En este punto ya estás sumergido en la inmensidad de servicios disponibles, las reviews de la gente en las que relatan con detalle sus fiestas, y aunque no lo quieras, tu inconsciente ya ha sido infiltrado y desea todas esas cosas que te aparecen en las redes sociales y que te recomeinda matrimonios.cl, y piensas que, bueno si ya estás gastando tanta plata en esto, más vale que salga bien, y para eso quizás mejor agregar la máquina que saca tiras de fotos, y… en fin, el vórtex. Así fue como llegué a mi fiesta.


Tampoco crean que fue algo estrafalario. Fue un cóctel como para 60 personas, y luego una fiesta como para 100. Pero bueno, para una persona como yo al menos, eso es un montón de atención, aunque sea de pura gente querida, e incluso eliminando los ritos de matrimonio que son más show (caminar al altar, o baile formal con los padres, lanzar ramo, etc). A eso se le suma la expectativa cultural de pasarlo bien, que también en este punto, es la expectativa propia, porque llevas planeando esta noche por meses y has gastado más en ella que en cualquier otra fiesta de tu vida, de forma de que anhelas igual que sea increíble. Aparte, el matrimonio es una celebración muy performativa de roles y simbologías heterosexuales y yo me estaba casando con una mujer, de forma que me sentía sensible y desafiante respecto a ciertas disposiciones, lo que impedía mi total comodidad. Todo esto hizo que vivir mi fiesta de AUC fuera… intenso

Pero entre todos estos símbolos y ansiedades, hubo un elemento de matri que desde el primer minuto me hizo sentido y que supe que sí o sí tendría que estar en mi fiesta: la torta de matrimonio. Aahh, las tortas de matrimonio! Desde niña han capturado mi curiosidad y ensoñación. En general soy fan de todas las tortas, cualquiera sea su formato y ocasión,  pero las tortas de matrimonio en particular me fascinan; son tan estructurales, bellas e icónicas. Ciertamente necesitaba una en mi fiesta de matrimonio. Y decidí que quería hacerla yo. 

La verdad es que fue un proceso demasiado entretenido, aunque caótico y estresante. La torta resultó lejos de perfecta, pero tampoco era el fin su perfección, sino la entretención de hacerla yo, de modo que me sentí exitosa en el proyecto. La torta consistía en húmedos y esponjosos bizcochos de chocolate rellenos con manjar y crema de chocotorta, y aunque habían muchas tortas de pastelería en el mesón de postres, fue tremendamente exitosa entre los invitados! No quería cubrirla con fondant, así es que la cubrí con crema de mantequilla (rosada) y la decoré con infinitas flores – de azúcar y de crema de mantequilla -, en parte porque en cuanto a tortas sí me gusta el exceso y lo kitsch, en parte porque así me permitía esconder algunos desperfectos. En nota kitsch le puse ese genial topper de dos novias, al cual le agregué plumas rosadas porque por qué no. Y la verdad es que quedó en gran medida como la había imaginado. Creo que literal fue mi parte favorita del matrimonio jejej.


En la segunda parte de este post describiré el loco proceso de hacer mi torta de matrimonio, compartiendo los secretos y artificios, junto con las recetas de los rellenos y coberturas. Pero en esta primera parte quería compartirles la receta del bizcocho de chocolate que utilicé en la torta de matri, basada en una dela Smitten Kitchen (uno de mis blogs de cocina fav, tengo todos los libros de la Deb) que llevo años utilizando por años.

Se trata de un bizcocho esponjoso y nada seco, con un profundo sabor a chocolate. Para lograr una miga esponjosa, esta receta combina ingredientes ácidos (yogurt natural) con básicos (el bicarbonato de sodio), lo que químicamente genera un bizcocho suave y aireado. El sabor a chocolate viene dado de varios ingredientes: harto cacao en polvo (que debe ser sin endulzar), un poco de chocolate semi amargo y, el ingrediente sorpresa: café instantáneo preparado. No crean que la adición de café saboriza al bizcocho de este ingrediente; más bien, el café profundiza el sabor y color de chocolate. En vista de este ingrediente, la receta lleva una buena cantidad de azúcar - para aquellos que rehuimos las preparaciones excesivamente dulces puede parecer una cantidad preocupante, pero confíen en mí, es necesaria.

Lo mejor es que se trata de una preparación muy simple de hacer. No requiere de batidora eléctica, ni ninguna técnica más compleja que mezclar ingredientes, verter la mezcla en moldes y hornear. Esta receta rinde para dos bizcochos de 20 cms de diámetro. Los bizcochos se pueden utilizar así tal cual, o cortar transversalmente en 2 capas, para una torta con 4 capas de bizcocho (y consecuentes 3 de relleno). Miren por favor la miga al interior: 


En fin, una receta clásica en mi repertorio tortero, que no dude en utilizarla cuando decidí embarcarme en la aventura de preparar mi torta de matri. Recomendada para todo tipo de ocasiones que puedan beneficiarse de una tortita de bizcocho choco. 

De rellenos hablo en la parte 2, y de otros secretos y traumas matrimoniales. Xo.

 Bizcocho de chocolate

Receta adaptada de: Smitten Kitchen

Rinde: 2 bizcochos de 20 cms de diámetro

  • 1 + 2/3 tazas de harina (sin polvos)
  • 1 taza de cacao en polvo amargo
  • 1 ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
  • ½ cucharadita de polvos de hornear
  • ½ cucharadita de sal
  • ½ taza de yogurt natural no endulzado
  • ½ taza de leche entera
  • 1 taza de café recién preparado en base a café instantáneo (con la misma concentración que lo beben, debe estar muy caliente)
  • 60 gramos de chocolate amargo o semiamargo, picado 
  • 2 tazas de azúcar
  • ½ taza de aceite vegetal
  • 2 huevos
  • 1 cucharadita de vainilla

Precalentar el horno a 180° y preparar dos moldes redondos, enmantequillando su fondo y lados, y luego cubriendo el fondo con papel mantequilla.

En un bowl mediano, cernir la harina, el cacao, bicarbonato, polvos de hornear y sal. Reservar.

En un recipiente pequeño, mezclar el yogurt con la leche. Reservar.

En un bowl grande, poner el chocolate picado y verter el café caliente encima. Dejar reposar por alrededor de 5 minutos, y luego, mezclar con un batidor de mano. El chocolate estará derretido para entonces y se podrá incorporar bien ambos ingredientes.

Al bowl de café y chocolate, agregar el azúcar, el aceite, la esencia de vainilla y la mezcla de leche y yogurt.  Mezclar con batidor de mano. Agregar los huevos, uno a uno, incorporando bien tras cada adición.

Agregar los secos cernidos a la mezcla de chocolate y mezclar con batidor de mano hasta que esté homogéneo. Resultará una mezcla fluida.

Verter la mezcla en los moldes preparados, intentando distribuirla en iguales cantidades. Hornear en el horno precalentado por alrededor de 45 minutos, o hasta que al insertar un mondadientes al centro del bizcocho salgan limpios.

 

4 comentarios:

  1. Felicidades por tu matrimonio/UAC! Mis mejores deseos.
    Que bueno que escribiste que no lo disfrutaste como te dijeron y que es estresante para ciertas personalidades. Yo me casé en 2001, hija única e hijo mayor, cero posibilidad de no hacer fiesta. Así que elegí un paquete de hotel y dejé a mi mamá y suegra elegir todo.

    Ahora veo las fotos y lo único que me arrepiento es las flores y la torta no fueron mi estilo, pero nunca he perdido el sueño.

    La torta te quedó espectacular, muy al estilo de @newjunebakery

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  2. Isabel, la torta estaba deliciosa.

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  3. Me gusta leerte....gracias por volver....pucha que te extrañaba....haaaa y felicidades.

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  4. Buenísimo bizcocho, me falta el relleno y la cobertura. Muchas gracias por compartir Magdalena.

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