sábado, 25 de mayo de 2013

Desafío Torta Decorada: Primer intento (fallido)

Como anunciaba en el post anterior, tras haber tomado una clase de decoración de tortas, me embarco en el desafío de hacer una torta decorada. Y este post son las crónicas del primer intento.

Pues bien, el primer intento fue… fallido. Bien fallido. Nunca jamás he puesto en el blog cosas que no me hayan resultado (que son bastantes), pero por los fines que este desafío atañe, supero hoy mi orgullo y les relato la desgracia… que en realidad no fue tan desgracia, pero eso se debió exclusivamente a situaciones cumpleañeras coyunturales. La aplicación de mis conocimientos sí fue desgraciada.


Esta es la única foto que tengo de la torta porque llegó un momento que estaba tan atemorizada con lo destartalada que estaba que simplemente dejé de fotografiar.  Ésta la sacó una amiga en el mismo cumpleaños y la pongo en pequeñito proque odio las fotos malas.


Bien. Una gran amiga mía estuvo de cumpleaños y decidió celebrarlo bajo el tema –por mí propuesto- “Zorras y Futbolistas”. La idea era hacer una apología alcoholizada al mal gusto. ¿Genial, no?. Bueno, decidí hacerle una torta ad-hoc. Y entonces diseñé la más magnífica creación.

La idea era hacerle una torta cubierta en fondant pintado de leopardo y con una imagen comestible de Chayanne, y diseñar los detalles en glaseado rosado. Una torta chana. La torta sería de bizcocho de chocolate, rellena alternadamente de manjar y de ganache de chocolate y frambuesas. Viéndolo en retrospectiva, fue bastante a lo que aspirar para ser mi primer intento…

Lo primero que hice fue el bizcocho. Usé mi receta preferida de bizcocho de chocolate, una de Smitten Kitchen, que fue por cierto la misma que usé para la torta del curso. Es deliciosa. Resulta un bizcocho húmedo, pero no chicloso ni demasiado denso, con un profundo sabor a chocolate. Y se hornea siempre de las mil maravillas. Todo bien con el bizcocho. Usé mi molde redondo pequeño (alrededor de 17 cms de diámetro, e hice tres bizcochos, los cuales luego partí por la mitad, resultando en seis capas. Es decir, era una torta bastante alta.

Los bizcochos. 
Luego, los rellenos. Ahí se encuentra mi PRIMER ERROR. De acuerdo a la guía entregada en el curso, todos los rellenos que utilicé son factibles, pero distintos motivos hicieron de ellos un gran problema.

Usé manjar Los Alerces, el cual es insuficientemente espeso para la causa. Eso implicó que la torta nunca se “pegara” entre ella, de modo que cuando estaba tratando de emparejarla se movía mucho. Además lo esparcí de forma errada: simplemente, lo “espatulé” por sobre el bizcocho, lo que significó que luego quedara todo muy desprolijo y además, implicó que se desmigajará el bizcocho mientras lo esparcía. Caos.
La ganache en cambio, con el frío, se endureció mucho, lo que significó que unas capas quedaban muy firmes entre ellas, y otras, las de manjar entre medio, no.

Capa de manjar.
El ganache resultó bien porque el ganache jamás funciona mal (o sea, de hecho, sí. Si se quema el chocolate). 50% chocolate amargo, 50% crema, un poco de mantequilla, algo de frío y listo.

Ahhh, bendito sea el ganache.
Hice una suerte de mermelada de frambuesa rápida (en un sartén puse frambuesas, azúcar y espere a que espesara) que resultó bien. La ponía en las capas que iban con ganache, haciendo primero una especie de “cerco” con el ganache para evitar que la mermelada escurriera, y luego cubriéndola con más ganache, siempre aplicada con una manga.

Frambuesas, azúcar, unas gotas de limón. La buena vida, hermano.


El "cerco" de ganache, relleno con mermelada de frambuesa.

Cubrir todo con ganache.



Si bien era exquisita la combinación de sabores y de texturas, fue poco acertado para la primera vez. Creo que de hacer una torta con los mismos ingredientes en el futuro, debo asegurarme de conseguir un manjar bastante más espeso y de usar una manga.

Fue armando la torta que cometí mi SEGUNDO ERROR. La profe del curso había dicho que ella armaba las tortas en el mismo molde de bizcocho para asegurarse de que quedaran prolijas y poder hacer presión. Así lo hice yo, pero olvidando el clave paso de forrar en papel plástico el molde. Lo que sucedió entonces fue que armé toda la torta en el molde, la metí al refri en el molde; ahí la ganache se en endureció y se pegó a los bordes del molde, entonces, cuando traté de sacar el molde, la torta no salía. Finalmente salió pero grandes porciones de bizcocho quedaron pegadas al molde. Caos absoluto. Además, como eran tantas capas, la torta era más alta que el molde, de modo que de igual forma me quedó chueca la torta. Rayos.

Cometiendo un gran error.

Torta desastroza.

Ups.
Tenía yo entonces una torta muy rica, pero bastante desarmada. Lo problemático es que para cubrir una torta con fondant es menester que la torta esté muy prolija y pareja… Además, debe estar cubierta de glaseado o de alguna cosa dulce húmeda para que el fondant se pegue. Para estos fines, típicamente se hace el llamado “Crumb Coating” que es cubrir la torta en glaseado para evitar que se suelten migas del bizcocho y que la torta está “limpia” para terminar de glasearla, o bien, cubrirla en fondant.
Acá un video instructivo de cómo se debería de hecho hacer.

Decidí hacer el “crumb coating” con manjar, tapando con éste todas las imperfecciones de su armado. Aaahh… TERCER ERROR. En la cobertura con manjar fue cuando la hecatombe verdadera comenzó. Primero, se me desmigajaba todo el bizcocho tratando de hacerlo, y segundo, las imperfecciones eran tan grandes que tuve que poner cantidades grotescas de manjar en ciertos sectores para taparlas. Era todo muy tétrico. Ponía manjar con la espátula, me contentaba, sacaba la espátula y se salía un trozo de bizcocho con ella. Entonces, ponía más manjar con la espátula para cubrir ese defecto y cuando me contentaba y la sacaba, otro pedazo se salía… en fin, la torta quedó cubierta de excesivo manjar y profundamente malograda en su estructura.
Mmm... no es la definición de prolijidad.
El paso siguiente era el fondant. Y aquí hay dos errores a destacar. El CUARTO ERROR fue haber hecho todo con poco tiempo y de forma poco organizada, en particular, el fondant.
La receta que utilicé de fondant fue una hecha a partir de malvaviscos (digo malvaviscos para evitar decir marshmallows, pero la verdad es que no sé cuál de las dos palabras es más desagradable). En general, el fondant se hace con azúcar flor y distintos componentes como glicerina, esencias y otras cosas que no me acuerdo, pero cuando se desea hacer de forma casera y a pequeña escala es buena idea usar esta receta, bastante más sencilla y con ingredientes más accesibles. Además, tiene la ventaja que a diferencia de la receta “original”, se puede usar más prontamente, ya que la primera debe reposar al menos 1 día. El fondat de marshmallows puede usarse el mismo día, pero idealmente tras unas horas de reposo. Pues bien, dada mi desorganización no contaba yo con esas horas, así que decidí usarlo de inmediato. Creo que esto afectó negativamente la torta en cuanto la receta se hace derritiendo los malvaviscos, de modo que el fondant está todavía medio tibio una vez terminado, lo que implica que no está lo firme que estaría si estuviese completamente frío. 
Paso primero: malvaviscos.
Paso segundo: derretirlos.
Paso tercero: azúcar flor.
Paso cuarto: amasar.
¡Listo! Fondant.
Puse un poco de colorante café sobre mi fondant, para teñirlo de un color carne o piel. Es bastante sencillo: se pone un poco de colorante en el centro, se amasa y eso es todo.
Fondant teñido.
El QUINTO ERROR, también referente al fondant fue que lo estiré demasiado fino. Ello implicó que no cubriera las falencias de mi torta, sino que por el contrario, éstas se marcaran. Lo otro, es que fui poco cuidadosa y no me fijé en las medidas necesarias para cubrir en fondant la torta, de modo que el fondant era demasiado y ello implicó más peso de éste, lo que significó que se rompiera.
Para estirar el fondant, se esparce azúcar flor (¡y NO maizena!) en la superficie de trabajo.
Excesivamente delgado.
SEXTO ERROR: cubrir la torta en altura. No sé porque pensé que sería buena idea poner la torta en un pedestal antes de cubrirla, pero evidentemente era una mala idea, pues todo el excedente de fondant colgaba, haciendo excesivo peso sobre el fondant de la torta. Resultado: fondant roto.
NO hagan esto.
Porque sucederá ESTO.
Y ESTO.
Una vez realizado todo lo anterior la torta se encontraba ya en paupérrimas condiciones, y no había mucho que salvaguardar, pero seguí decorándola.
La decoración consistía en una impresión de azúcar de Chayanne. Eso es totalmente bacán. Uno puede mandar a imprimir en papel de arroz la imagen que quiera en el tamaño que quiera a Casa Costa. Luego, se pega con un poco de agua sobre la torta. Yo elegí por la temática de la fiesta una foto de Chayanne en traje de baño (porque qué más vulgar que eso!), circular, de 16 cms de diámetro. Me costó 2500 y me la hicieron de un día para otro. Genial, genial, genial.
Sin embargo, al momento de aplicarle puse mucha agua y se hicieron burbujitas de aire. 
Tú eres fuego, yo soy leña..!
La imagen que mandé a imprimir a Casa Costa.
Siguen habiendo muchos defectos...
También, la idea era pintarla con estampado de leopardo. Para hacerlo, simplemente se diluye colorante en poco de agua y con un pincel se van haciendo las figuras. Es de hecho bien sencillo y encuentro que me funcionó bien. Usé colorantes café y negro en gel.
Colorante diluido en agua.
Pintando estampas de leopardo. Luego pinté los huecos con colorante café. Quedó genial, genial.
Por último hice un glaseado rosado, el cual puse muy desprolijamente alrededor de la torta. Ello me ayudó a cubrir los errores. Además, había comparado algunas florecillas de azúcar en Casa Costa (cuando fui a buscar la imagen de azúcar) y tapé con ella falencias estructurales gigantes. Buena jugada. Para este minuto me sentía demasiado defraudada como para seguir sacando fotos, lo siento.
Con todo y todo la torta se veía divertida. Horriblemente terminada, pero dado que la fiesta estaba ambientada en la chabacanería y vulgaridad, encajaba perfectamente. Sin embargo, en términos reales, estaba pésimo. Al menos, eso sí, estaba muy rica.
No es la foto más clara de la torta, pero me hace muy feliz porque la querida-cumpleañera-zorra estaba feliz. Y se observa lo adecuada que la torta era para la ocasión.

En fin, el primer intento fue más bien fallido. En el próximo capítulo del desafío haré los siguientes cambios:

  • Ser más organizada. Leer de hecho las notas y apuntes que nos dieron en clases. No ser tan al lote.
  • Usar un relleno más sencillo. Si bien mi fin último es hacer tortas tremendamente deliciosas decoradas, creo que debo partir por un relleno más simple de manejar por ahora. Una crema de mantequilla sería buena opción.
  • Armar la torta fuera del molde o forrar el molde en plástico.
  • Hacer bien el “crumb-coating”.
  • Refrigerar bien la torta antes de cubrirla en fondant.
  • Hacer el fondant con antelación.
  • Estirarlo menos y tomando en cuenta las medidas de la torta.
  • Cubrir la torta en una superficie plana.
  • Hacer una decoración más sencilla para partir.

Estaré relatándoles mis próximos avances (o retrocesos) en el desafío. Adiós, biatches.


3 comentarios:

  1. jaja buenísimo chayanne! creo que dentro de todo, la torta desastre igual iba ad-hoc con el tema de la fiesta.

    mientras no salga tu torta en cake wrecks (http://www.cakewrecks.com), todo bien.

    saludos!

    ResponderEliminar
  2. En fin tanto desastre no fue, no quedó perfecta, pero puedo apostar a que a todo el mundo le parece genial y se la comieron felices!!
    Suerte en la proxima!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias por compartir los errores, pues ayuda mucho para quienes estamos empezando...
    Éxito en los intentos siguientes!!! :)

    ResponderEliminar

Hay alguien al otro lado de la pantalla?!